En el día de hoy, desde que me levanté decidí que hoy no iba hacer como el día de ayer. Iba a hacer un día nuevo. Un día de mucho relax, aunque estuviera muy ocupada con mis obligaciones de estudio.
La mayor parte del día y lo que estuvo a mi alcance, la pase en un estado de relajación y meditación. Sin preocupaciones, sin ruido, escuchando pura muisca clásica y/o estando en pleno estado de silencio. Por un momento, me senté al lado del rio y disfrute oír la voz de la naturaleza. Su propio sonido, más no ruido. Pues, su sonido no era molesto para mis oídos. Mi mentalidad y estado de ánimo cambio en un 80%, si es que no fue más, a un lado más positivo y relajante y abierto. Para ser sincera, hace rato no me sentía así, puesto que con todo lo que sucede a nuestro alrededor, nos hace olvidar de lo bonita que es la vida. La naturaleza.
Somos muy afortunados de vivir esta vida. Pero nos equivocamos al afirmar que esta vida no vale ni un #$%”!&/$###. Lo que pasa es que nosotros mismo nos encargamos de hacerla asi, como creemos que esta. Aburrida, monótona, estresante, con enfermedades, hambre, sedienta, sedimentaria, entre otros.
Vivir sin ruido es aprender a valorar lo que tenemos, es de cierta manera a conocernos a nosotros mismo. Es escuchar la voz de la naturaleza. Es vivir la vida.
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