sábado, 15 de marzo de 2008

En el trasteo


El ruido es increíblemente molesto. Hoy sábado en la mañana, mi familia y yo hemos estado trasteándonos. Lo único malo fue cuando el ayudante de trasteo estaba clavando las puntillas y taladrando la pared. Pues, con el calor y ese tremendo ruido causado por el martillo y el taladro, todos al finalizar el tan agotador día de trasteo, terminamos con un nivel extremo de estrés que nos llevó al dolor de cabeza y la alteración del sistema nervioso también.


El ruido una vez más, se presenta de una manera inevitable pero también útil. Pues, era necesario haber clavado esas puntillas en nuestro nuevo hogar. Hoy en día, hay tecnología de punta que permiten disminuir el ruido en algunos artefactos como lo es el taladro. Sin embargo, estos artefactos especiales por lo general son más costosos de lo normal y no son de fácil acceso para la mayoría de gente. Por lo tanto, sin importar, cual es la finalidad de alguna actividad; en el proceso sucederán cosas inevitables, entre ellas, el ruido. Molesto pero necesario. No para nuestros oídos, pero si para lo que tratamos de hacer en ese momento.

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